El éxito del coaching en sus diferentes versiones ha puesto en la palestra varios temas relacionados con el liderazgo. Debido a su difusión como una herramienta de gran alcance dentro del ámbito profesional y personal, es de vital importancia conocer más sobre los diversos conceptos e ideas que maneja esta disciplina tan necesaria.
En este artículo analizaremos el concepto de liderazgo, los estilos de liderazgo, las características que distinguen a un líder y varios temas relacionados. Ya que en el contexto empresarial la capacidad de liderazgo influye sobre la gestión de equipos, la motivación, la resiliencia y otros aspectos críticos, intentamos cubrir lo más relevante.
Qué es el liderazgo
La definición de liderazgo hace referencia a una serie de cualidades atribuidas a una persona que ejerce gran influencia sobre los demás. Es decir, un líder tiene la capacidad de motivar, guiar y convencer, así como de influenciar la forma de actuar o de pensar de aquellos que trabajan con él o comparten otras experiencias sociales.
Más allá de esto, el concepto de liderazgo también engloba una diferencia sustancial sobre la percepción de autoridad. Mientras que un líder debe dar órdenes en un momento dado, también debe promover el crecimiento personal, gestionar equipos de trabajo y ofrecer ideas innovadoras. Esto revela que, en el liderazgo empresarial moderno, las relaciones de poder son menos autoritarias.
Líder vs jefe
Puede que en la práctica estos conceptos de liderazgo tiendan a confundirse porque hay momentos en que el jefe es líder y viceversa. En la teoría, el jefe representa una figura dotada con autoridad designada que comanda las actividades de un grupo de empleados. Por otra parte, el líder es aquel a quien diferentes seguidores le han conferido autoridad para guiar sus destinos.
Entre sus diferencias más notables encontramos:
- El jefe se caracteriza por sus formas autoritarias, como amenazas, intimidaciones, señalamiento y tácticas para infundir temor. Es visto como un controlador que causa conflicto, recelo y críticas a su persona. El líder utiliza el entusiasmo, el empoderamiento y el reconocimiento para inspirar confianza con quienes trabaja en pro de un mismo fin.
- El líder tiene la virtud de construir un liderazgo efectivo mediante la simpatía, el respeto y el deseo de quienes trabaja con él. El jefe tiende a imponer su voluntad por su lugar jerárquico, usando la autoridad conferida para ejercer su influencia.
- La mayoría de los jefes rehúye de establecer conexiones con el personal. Mientras que el líder, se preocupa por el bienestar de sus colaboradores, sabe quiénes son y conoce bien sus aptitudes.
- El líder piensa de forma estratégica para anticiparse a lo que podría suceder en el largo plazo. Por el contrario, el jefe solamente está preocupado por resolver los asuntos con la mayor inmediatez.
- Dentro del proceso de contratación, el jefe se concentra en revisar las credenciales de los posibles candidatos. En cambio, el líder considera primero qué valores y habilidades del prospecto son compatibles con la empresa y sus posibles compañeros.
- Como extensión de sus funciones, el líder está concentrado en cambiar paradigmas, encontrar soluciones diferentes e innovar en beneficio de la organización. En contraposición, el jefe es considerado como alguien que se dedica a administrar, impartir órdenes de sus superiores y seguir pautas establecidas.
- El común de los jefes de una empresa es estar más preocupados por hacer que los sistemas funcionen según las políticas. El líder, por el contrario, le interesa más el bienestar y el rendimiento de sus equipos.
Importancia de ser un buen líder
Dentro del contexto del coaching empresarial, un buen líder representa ese eje sobre el cual reposa la dirección de la organización, el clima laboral y el desempeño grupal. Bajo su gestión, pueden ocurrir las transformaciones necesarias para crecer, la potenciación del personal para lograr los objetivos y el empoderamiento que conduce al compromiso con la empresa.
En varios sentidos, el buen liderazgo es responsable de que un emprendimiento establezca una visión, misión y valores perdurables en el tiempo. Mediante una toma de decisiones efectiva, la evaluación constante de los errores cometidos y la delegación oportuna de tareas clave, conduce el timón hacia la dirección del tan anhelado éxito.
Lo anterior revela la importancia de contar con personas con cualidades innatas o aprendidas que sepan cómo actuar durante las diferentes etapas de la vida de una organización. En sí, para concretar el propósito primordial de una empresa, un buen líder usa todas sus cualidades para mejorar la cooperación del personal y promover la asertividad para una comunicación efectiva.
Tipos de liderazgo
Cuando hablamos de tipos de liderazgo o estilos, tenemos que aludir a los recursos o la manera en que una persona aprovecha su autoridad para liderar a otros en determinadas situaciones. Por este motivo, el líder reúne una serie de características que le permiten motivar, guiar, empoderar, delegar y gestionar equipos de trabajo para lograr los objetivos.
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Existe una amplia variedad de tipos de liderazgo que se adaptan a diferentes escenarios dentro de las empresas. A menudo, una situación concreta será el punto de partida para adoptar un estilo u otro, por lo que el líder debe apelar a su inteligencia emocional para hacer la elección más efectiva. En el gran repertorio de formas de liderazgo, distinguimos al menos 16:
- Liderazgo autoritario (autocrático). Aunque poco efectivo la mayoría de las veces, se recomienda en aquellas situaciones apremiantes que exigen respuestas rápidas. Esta clase de líder asume toda la responsabilidad y la autoridad, rara vez consultando a sus colaboradores. Genera un ambiente poco flexible donde es común el conflicto de poder y la hostilidad.
- Liderazgo burocrático. Utilizado en el sector público o entornos que dependen del cumplimiento de las normas, este sistema se enfoca en la estructura administrativa. También implica que los trabajadores están sujetos a una línea de mando jerárquica definida por aquellos que ostentan los cargos superiores. Ya que funciona sobre una base de reglas oficiales, suelen destacar aquellas personas que saben cómo hacer valer el poder posicional.
- Liderazgo carismático. Como es de suponer, los líderes con esta característica destacan por tener personalidades de gran magnetismo que atraen a diversos seguidores. Utilizan las expectativas de una visión mejor, su don de la palabra y manera de comportarse para lograr su cometido. En esencia, buscan cambiar la forma de ver las cosas y las creencias de aquellos a su alrededor.
- Liderazgo con coaching. Se trata de un método enfocado en el desarrollo personal para lograr impactar de manera positiva sobre la motivación, desempeño y autorrealización. Los líderes que aprovechan las diferentes técnicas y herramientas que provee el coaching, entienden bien cómo guiar, animar, motivar e inspirar a los trabajadores. Indicado para mejorar resultados y rendimiento, promueve la potenciación de habilidades natas e innatas.
- Liderazgo de equipo. Lleno de retos, este estilo busca involucrar a cada integrante del grupo para ejecutar un proyecto sin importar que haya confianza o cooperación entre los miembros. Depende mucho de la calidad del liderazgo que recibe el personal porque debe transmitir un fuerte sentido de propósito, una dirección bien definida y representar una imagen poderosa de lo que es posible cuando se persigue el bien común.
- Liderazgo emergente. Surge en circunstancias en que una persona debe hacerse cargo de un equipo nuevo. Ya que es probable que no ocurra una aceptación inmediata del designado para liderar, esta emergencia debe valerse del intercambio de favores. Dicho trueque puede ser entre 2 personas de estatus parecido o entre un jefe y un subordinado, pero hay que procurar sobrellevar estas relaciones para ver sus frutos.
- Liderazgo emocional Identificado con el “corazón”, este estilo de dirigencia influye sobre los demás por tratarse del manejo de las emociones propias y ajenas. Esta clase de líderes muestra preocupación por sus compañeros, llevándolos a lograr una mejor conexión con ellos. Con esta capacidad, pueden influenciar la obtención de un objetivo y conseguir soluciones innovadoras que no estaban contempladas.
- Liderazgo estratégico. Basado en la estrategia, este estilo tiene como finalidad establecer una dirección clara sustentada en los valores de la organización. Este líder se apoya en datos concretos para tomar decisiones significativas que tengan un efecto más duradero. También se fundamenta en la capacidad de anticipar probables escenarios y procurar los cambios cuando haga falta. Mediante un plan general, las actividades y roles de todos se van ajustando a las nuevas necesidades.
- Liderazgo facilitador. Esta manera de dirigir al personal está fundamentada en el desempeño, las mediciones y la capacidad para implementarlo. Cuando el equipo manifiesta un rendimiento inferior a lo esperado, el facilitador señala las pautas del proceso. En el caso contrario, el encargado de vigilar la dinámica del grupo no interviene. Ya que la eficacia del staff depende directamente del proceso, el líder ofrece consejos, pautas e intervenciones para conseguir los resultados deseados.
- Liderazgo intercultural. Hace referencia a una manera de liderar en empresas u organizaciones conocidas por su alto grado de internacionalización. Es decir, por tener colaboradores provenientes de diferentes países y culturas. Esto exige una mentalidad flexible y abierta para saber manejar diferentes entornos, valores, creencias e idiomas sin que éstos representen un obstáculo en la gestión de equipos o la eficiencia organizacional.
- Liderazgo laissez-faire. Ha sido catalogado como un estilo poco efectivo que puede conllevar a mucha confusión entre los empleados. Esto es porque se les da toda la autoridad y responsabilidad para que gestionen los departamentos de la organización como prefieran. Esto implica que los líderes casi no participan ni guían, dejando la toma de decisiones al grupo. El resultado más frecuente es la falta de dirección, de progreso, de motivación y la negación de la responsabilidad.
- Liderazgo participativo (democrático). Considerado uno de los estilos favoritos por promover una comunicación bidireccional y dejar que el grupo participe en la toma de decisiones. Esta manera de liderar se caracteriza por fomentar cualidades como la honestidad, igualdad, creatividad, proactividad, inteligencia y competencia. El líder democrático alienta la participación para que el equipo se sienta comprometido, motivado y parte integral de la empresa.
- Liderazgo situacional. Promovido desde los años 50, este método hace énfasis en la necesidad de adaptarse al contexto que dictan las relaciones o las actividades. Si bien cada líder tiene una forma predominante de ejercer su influencia, resulta inadecuado aplicarla en todas las instancias. Se trata de tener la flexibilidad para elegir el estilo adecuado, en el momento preciso y en la situación correspondiente para conseguir los mejores resultados.
- Liderazgo transaccional. Se basa en la idea de una transacción entre gerencia y empleados, este modelo de liderazgo se distingue por establecer roles muy bien definidos. Mientras que el staff acuerda realizar las actividades encomendadas y obedecer, el líder expresa con claridad sus expectativas de desempeño, explica cómo cumplirlas y otorga incentivos según se logren los objetivos.
- Liderazgo transformacional. Esta forma de guiar tiene como premisa promover el cambio propio, del grupo y la organización. Dado su empoderamiento, los colaboradores que reciben esta influencia tienden a estar más comprometidos y satisfechos. Es un tipo de liderazgo que combina el visionario y el carismático, requiriendo ciertas cualidades especiales. Estos líderes saben motivar y ayudar a conseguir los objetivos, desafiando a las personas a alcanzar su mayor potencial.
- Liderazgo visionario. Esta clase particular de gerencia tiene como fin compartir una perspectiva sobre lo que se pretende lograr. El líder visionario se apoya en los empleados para construir los procesos y métodos más efectivos. Promueven el entendimiento de la razón detrás de ciertas acciones para cumplir con una meta. Si su mensaje recibe aceptación, el personal encuentra mayor motivación, sentido e importancia a sus labores.

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Cualidades de una persona con capacidad de liderazgo
Uno de los puntos importantes cuando hablamos de liderazgo consiste en saber identificar esas características que distinguen a quienes saben liderar. Mientras que muchos de estos rasgos suelen ser heredados, otros requieren de un proceso de formación que puede darse por medio de la experiencia o certificaciones.
Por consenso, el líder que se destaca por sobresalir del resto, provocar cambios corporativos y sacar lo mejor de sus compañeros, destaca por cualidades como:
- Honestidad. Aunque digan que una mentira piadosa a veces es necesaria, un líder con convicciones siempre apela por la verdad para establecer su autoridad. Muy a pesar de que se trate de algo incómodo, vergonzoso o molesto, utiliza la privacidad y evita que las situaciones se compliquen por malos entendidos.
- Empoderamiento. Si una persona posee humildad, reconoce que necesita de otros para llevar a cabo ciertos proyectos. El líder entiende que debe apoyarse en su equipo para cumplir sus metas, por eso los empodera como un acto de confianza y respeto. Además, saber delegar resulta indispensable para la eficiencia.
- Asertividad. El éxito de cualquier emprendimiento o negocio depende en gran medida de la calidad de comunicación entre jefes y colaboradores. Cuando la información que se maneja y transmite genera confusión en vez de claridad, el esfuerzo se pierde. Por eso el líder se encarga de promover un intercambio concreto, sencillo y enfocado en las metas.
- Inspiración. Está comprobado que los empleados que carecen de motivación estás destinados a rendir menos, estar insatisfechos o eventualmente abandonar la organización. Gran parte de la labor de un buen líder empieza por inspirar a sus seguidores, transmitirles pasión por el logro e infundirles convicción sobre sus propias habilidades.
- Mentalidad positiva. Los mejores líderes entienden que cualquier circunstancia adversa es una oportunidad para aprender. Esta actitud positiva no solo les permite encarar con mejor disposición los retos de la gerencia de excelencia, también es un elemento contagioso para el resto de la organización.
- Reconocimiento. Saber dar crédito a quien hace bien su trabajo y apreciar cualquier logro por pequeño que sea, es una clara señal de alguien que sabe liderar. Esta predisposición mantiene al personal motivado, comprometido y consciente del valor de sus aportes.
- Equilibrio. Entregarse al trabajo el 100% no resulta saludable para quienes buscan rendir de la mejor manera. Líderes de excelencia promueven el método 80/20 para que sus equipos equilibren sus vidas sociales y profesionales.
- Inteligencia emocional. En muchas instancias, el líder tiene que hacer uso de la empatía y otras habilidades blandas para comprender el clima organizacional a su alrededor. Esta cualidad, que podría interpretarse como otro nivel de autoridad, le permite anteponer las emociones de otros por encima de las suyas para darles el apoyo que necesitan.
- Orientación. Más allá de sus labores de jefe, el líder capaz entiende cómo guiar usando el ejemplo, la inteligencia emocional y su carisma. Comprende que, para ayudar al bien común, no hace falta intimidar, amenazar ni utilizar su autoridad para que los demás apoyen su causa.
- Neutralidad. Las personas que presentan dones inequívocos de liderazgo no hacen distinciones entre cargos superiores o inferiores. Para evitar conflictos organizacionales o personales, no contemplan los favoritismos al tratar con los demás, ya que para ellas todos merecen el mismo respeto y consideración.
Desarrollo personal y liderazgo
Tanto el desarrollo personal como la capacidad de liderazgo se han convertido en pilares fundamentales para la filosofía detrás del coaching empresarial. Considerados como un refuerzo para las cualidades profesionales, facilitan la renovación, la resiliencia, el aprendizaje continuo y el crecimiento. Son herramientas que dan respuesta a las tendencias tecnológicas, integran las brechas generacionales y sirven para afrontar los retos de la industria 4.0 o 5.0.
Por un lado, el liderazgo moderno implica más que simplemente saber administrar el recurso humano o material. Significa inspirar, motivar, crear compromiso, promover el reconocimiento y generar satisfacción. Si los colaboradores disfrutan lo que hacen e intentan ser la mejor versión de sí mismos, están más inclinados a ser proactivos, resilientes, positivos y flexibles, contagiando al grupo.
Por el otro, el desarrollo personal representa un proceso constante de introspección para entender lo que queremos y hacia dónde vamos. Cuando comprendemos nuestras debilidades y fortalezas, podemos encaminarlas hacia la construcción de metas y nuevas habilidades. Esto le permitirá al liderazgo de la empresa ser congruente, responsable y apasionado, lo cual genera una mejor respuesta de los colaboradores en todos los niveles.
Influencia del liderazgo en la gestión del cambio
La gestión del cambio dentro de mundo empresarial representa ir de un punto Y a un punto Z con la mejor probabilidad de tener éxito. Esto requiere de una estrategia bien formulada que considera la interrelación de las acciones en la toma de decisiones. Por ende, se busca cambiar una situación actual por otra más en sintonía con los objetivos delineados.
Cuando hablamos de organizaciones, el éxito del change management depende de que los líderes sepan fomentar el cambio ante los retos presentes y futuros. Mediante su guía acertada y enfoque flexible, las compañías tienen mayor oportunidad de adaptarse a las nuevas tendencias. En función de mantenerse vigentes, su liderazgo necesita saber anticiparse a las transiciones o transformarse por completa para garantizar su resiliencia.
Teorías sobre el liderazgo
En la literatura sobre el liderazgo para el coaching empresarial es posible encontrar varias teorías sobre cómo surge esta condición en las personas. Entre las principales, presentamos las 3 más aceptadas:
- Teoría del “Gran Hombre”. Fue bautizada así porque sus características estaban asociadas a la masculinidad de la época. En general, indica que los grandes líderes nacen con cualidades como carisma, inteligencia, confianza, valor, habilidades blandas y que éstas no se pueden aprender sin importar el método que se use.
- Teoría de los atributos. Aunque comparte algunas ideas con la anterior, como el pensamiento del líder natural, se diferencia en otros aspectos. En esta teoría se combina la forma de actuar de una persona con los atributos que hacen posible el liderazgo eficaz. No obstante, a esta hipótesis le cuesta explicar cómo personas parecidas terminan siendo dirigentes totalmente opuestos.
- Teoría del liderazgo transformador. Parece la más aceptada actualmente por apoyar la idea de que cualquiera puede ser un buen líder si se lo propone. Ya que hay diferentes clases de personas influyentes sin llamar los reflectores, muchas veces demostrar esas capacidades para guiar con eficiencia se reduce al momento y la situación indicada.